“Mi secreto para mantenerme 28 temporadas en activo fue la suerte y evitar las
lesiones”, señala el exjugador vasco
César Caneda, una leyenda del fútbol español con una carrera ejemplar en Primera, Segunda y Segunda B, repasa los momentos más importantes de su vida como futbolista. Desde sus inicios en el Athletic Club hasta los logros con el Mirandés, el exdefensor nos habla con humildad, pasión y perspectiva.
Los inicios de un sueño
¿Qué recuerdas de tus primeros pasos en el fútbol profesional?
Como cualquier chaval de mi época, soñaba con ser jugador profesional y vivir del fútbol, pero sin las presiones actuales. Entonces solo veíamos resúmenes en la televisión y lo vivíamos con naturalidad, sin ansiedad por la fama o el dinero. Fue una etapa muy bonita, hice grandes amistades y lo disfruté mucho.
Un sueño cumplido en el Athletic
¿Qué significó para ti jugar en el Athletic siendo vasco?
Era un sueño. Estaba en un club modesto en Vitoria y un día me llamaron para unirme al juvenil del Athletic. Fue increíble, aunque en ese momento no éramos del todo conscientes de lo que suponía formar parte de un club así.
La clave de una carrera longeva
¿Cuál ha sido el secreto para mantenerte tanto tiempo en el fútbol profesional?
He tenido la suerte de no sufrir muchas lesiones y de contar con entrenadores que confiaron en mí. El fútbol me ha dado mucho. Siempre fui consciente del privilegio que suponía vivir de este deporte.
Entrenadores que marcan huella
¿Algún entrenador te marcó especialmente?
Sí, muchos me han dejado cosas buenas, pero destacaría a Ernesto Valverde, Carlos Pouso y Quique Setién por su calidad humana. También trabajé con técnicos de renombre como Luis Fernández o Jupp Heynckes, pero valoro mucho más a quienes han llegado lejos siendo buenas personas.
Momentos inolvidables
¿Cuál ha sido el momento más especial de tu carrera?
La Copa del Rey con el Mirandés. Marcar en el último minuto y eliminar al Athletic fue histórico. Ese año también ascendimos a Segunda. Fue una temporada mágica que todos los que la vivimos recordamos con mucho cariño.
¿Y el partido más importante a nivel personal?
Uno con el Eibar, justo antes de que falleciera mi madre. Marqué un gol en un momento muy duro. Aunque perdimos, es un recuerdo muy emotivo.
Una carrera de récord
Fuiste el jugador con más partidos entre Primera, Segunda y Segunda B. ¿Qué significa eso para ti?
Sobre todo, mucha suerte. He tenido continuidad, salud y confianza de los entrenadores. Comparado con otros trabajos, esta profesión es un privilegio.
¿Cómo varía el fútbol entre las distintas categorías?
Principalmente en el ritmo. En Primera, el balón va más rápido y los rivales son más cualificados. Adaptarse a ese ritmo es fundamental.
La familia, el gran pilar
¿Qué papel jugó tu familia en tu carrera?
Fundamental. En momentos difíciles, cuando cambiaba de ciudad o las cosas no salían bien, siempre estuvieron ahí. Gracias a ellos mantuve la estabilidad emocional.
Liderazgo y experiencia
¿Te veías como líder en tus últimos años?
No me consideraba un líder como tal, pero la experiencia te da esa capacidad de transmitir calma y ser una referencia para los más jóvenes.
El Mirandés, el equipo de su vida
¿Fue el Mirandés el equipo más importante para ti?
Sin duda. Vivimos su evolución desde la lucha por no descender en Segunda B hasta asentarnos en Segunda. La conexión con la afición fue increíble. Sentí que formaba parte de algo histórico.
¿Y el ascenso más especial?
El del Mirandés, sin duda. Ascender con un club humilde tiene un valor doble. Fue un logro muy especial por todo lo que representaba.
El adiós al fútbol profesional
¿Cómo tomaste la decisión de retirarte?
Fue una decisión muy reflexionada. En mi último año tenía menos participación y no me sentía al nivel. Preferí dar un paso al lado con buenas sensaciones.
¿Te costó dejar el fútbol?
No. Llevaba tiempo preparándome para ello y lo asumí con tranquilidad. Sentí que era el momento adecuado.
Nueva vida, nueva pasión
¿A qué te dedicas actualmente?
Tengo un centro de salud en Vitoria. Me apasiona. Llevo años con este proyecto y me va muy bien. Aunque trabajo más de lo que debería, estoy contento.
¿Sigues vinculado al fútbol?
Indirectamente. Mis hijos juegan en el Alavés, así que sigo viendo mucho fútbol, aunque no tengo una vinculación directa.
¿Te gustaría volver al mundo del fútbol?
No me lo planteo. El fútbol es un mundo muy ingrato, especialmente para los cuerpos técnicos y las directivas. Estoy centrado en mi nueva etapa.
Legado y recuerdo
¿Cómo te gustaría que te recordaran?
Como una persona humilde y trabajadora, que siempre dio todo por su equipo y por el club. Eso es lo más importante para mí.