Bellingham asumió el lanzamiento desde los 11 metros ante el Getafe por encima del francés
El Real Madrid venció al Getafe en el Bernabéu con goles de Mbappé y Bellingham. Con el resultado favorable, los blancos sonríen, ya que se sienten más cerca del Barça que nunca, algo impensable tras el fatídico resultado en el ‘Clásico’ disputado hace poco más de un mes. No obstante, el encuentro dejó una imagen bastante llamativa, más allá de los tres puntos: Mbappé, a pesar de la baja de Vinícius, no fue el encargado de lanzar el penalti.
Corría el minuto 30 de partido cuando Hernández Hernández señaló el punto fatídico tras un claro agarrón de Nyom a Rüdiger. El Real Madrid tenía la oportunidad de anotar el primer tanto de la tarde y todo apuntaba a que sería Mbappé el encargado. Hasta ese momento, el francés se había repartido los lanzamientos desde los 11 metros con Vinícius, quien no estuvo presente por lesión. Pero la realidad fue completamente distinta a lo que la mayoría de los aficionados hubieran imaginado. El ‘9’ madridista ni siquiera hizo el amago de acercarse al balón. Fue Bellingham quien, con confianza, se ofreció para ejecutar un tiro que acabó mandando al fondo de la red.
Seguramente, Mbappé no se vio con la suficiente confianza para lanzar la pena máxima. El fallo en Anfield, que fue decisivo para que el Real Madrid se fuera de vacío ante el Liverpool, debe seguir pesando en la cabeza del francés. Y mucho. Todo indica que el estado mental del ex del PSG no es el mejor, pues sabe que puede y debe dar más, siendo coherente con las expectativas generadas en el club y entre sus aficionados.
Errar de nuevo desde los 11 metros podría haber sido trágico para Mbappé. Los de Ancelotti necesitaban los tres puntos y, en ese momento, aún se veía un empate sin goles en el marcador. Fallar cuatro días después de la terrible noche en Anfield podría haber hundido al francés en un momento en el que su confianza no es la ideal. Además, hay un detalle esencial en esta ecuación: en esta ocasión se encontraba ante unos 80.000 aficionados madridistas, que, si por algo son conocidos, es por su exigencia. No anotar desde el punto fatídico podría haber provocado el hartazgo de algunos seguidores, lo que probablemente se habría traducido en pitos.
No obstante, Bellingham evitó cualquier situación complicada para su compañero. Cogió el balón, lanzó, marcó y abrió la lata para que el Real Madrid se llevase los tres puntos. Además, eso permitió que Mbappé recibiera poco después el cariño de la grada, que le ovacionó tras anotar un gran gol.